viernes, 5 de abril de 2013

Etapa 11: Castillos del Rin, Nurburgring y Manheim

Día 14

Aquí comenzábamos el último día completo del viaje, y para no perder la costumbre, acabamos por todo lo alto, con un buen marathon. 
Nada menos que 510 km para culminar este magnífico viaje.


Ruta de los castillos del Rin

Nuestro objetivo del día consistía en recorrer la orilla derecha del Rin, contemplando todos los castillos y atractivos turísticos que nos puede ofrecer esa zona.

Ese día iba a ser largo, por lo que nos pusimos en marcha bastante temprano.

Tras el hinchado diario de la rueda, recorrimos los 126 km que separan Heidelberg de Rüdesheim am Rhein.
En Rüdesheim comienza una de las rutas más turísticas de Europa central.
Se trata de un recorrido de 67 km remontando el cauce del Rin, que discurre entre las ciudades de Rüdesheim y Coblenza.

En ese recorrido atravesaremos y veremos en la otra orilla un total de 21 pueblos y ciudades, así como 28 castillos y fortalezas. Muchos de estos castillos están en ruinas, y otros son verdaderas maravillas de la arquitectónica.

Ruta de los castillos del Rin

Paramos en Rüdesheim a comprar algo para almorzar, y emprendimos el camino. La carretera discurre pegada a la orilla del río, y la única forma de cruzar a la otra orilla es por medio de un ferry, ya que en todo este trayecto no hay ningún puente sobre el Rin.

Castillo de Klopp


Castillo en Rudesheim

Rudesheim

El Rin y Bingen al fondo

Centro de Rudesheim

Iglesia

Pasteleria

Llevábamos un plano de la ruta, y una descripción de cada castillo. 
Andrea iba pendiente de cada uno y a medida que avanzábamos leía la descripción del castillo, y fotografiaba los más interesantes.

Marhen del Rin

CAstillo en ruinas

Castillo

Castillo

Entre ellos están las estaciones de peaje que se encuentran en el centro del río y que datan del siglo XV.

Estación de peaje

Castillo de Schonburg

Castillo del gato

También pasamos frente a la preciosa ciudad de Bacharach.

Bacharach


Al llegar a la mitad del camino hicimos un desvio a la derecha, a la altura del pueblo de St Goar.
Nos desviamos allí para subir a lo alyo del acantilado de Lorelei.

Tienda en Loreley


Estatua de Loreley

Este es un pronunciado acantilado de 120 metros sobre el Rin. En esa zona el río tiene poco más de 100 metros de ancho, siendo una de las zonas más estrechas y peligrosas del Rin.

Vista desde el acantilado

 La vista desde allí es magnífica, se ve precioso el meandro del Rin sobre la roca Lorelai.
Roca de Loreley


Este risco está asociado a diversos mitos originarias del folclore popular. 

Según un mito, Lorelei es una bella mujer proveniente de Bacharach que sufre la infidelidad de su enamorado.
El sacerdote, fascinado por su encanto y humildad, la entrega a un convento.
Rumbo al convento, ella se detiene en el acantilado para admirar el palacio de su enamorado.
Cuando lo ve irse con su amante, ella se tira en un acto de desesperación a las aguas debajo de ella.

En el otro cuento de hadas del Rin, se varió el tema para que Lorelei apareciera como la mujer afligida Lurley, sentada en una roca cepillando su largo cabello dorado y conduciendo a los marineros a su destrucción
.
Estatua

Este lugar es muy visitado por turistas, encontrándonos allí arriba varios autobuses y tiendas de souvenirs.

De vuelta al coche, bajamos nuevamente a la carretera que discurre por la orilla del Rin.

Tras pasar junto a los castillos del gato y el ratón, pudimos admirar la magnífica vista de la ciudad de Boppard.

Boppard

Por esa zona están los castillos mejor conservados y más bonitos.

Castillo de Marksburg

Castillo

Casi sin darnos cuenta llegamos a Coblenza. Invertimos unas dos horas en realizar todo el recorrido, ya que hicimos varias paradas.

En Coblenza nos desviamos del curso del Rin, y nos adentramos en los frondosos bosques del estado alemán de Renania-Palatinado. Recorrimos 60 kilómetros hasta que llegamos a una de las mecas del automovilismo. El circuito de Nürburgring.

Nürburgring

El circuito de Nürburgring se divide en varias secciones, siendo la sección GP de algo más de 5km. la que acoge en la actualidad el GP de F1 de Alemania, alternándose con el circuito de Hockenheim.

Alfombra de entrada

Nürburgring

Pero realmente nuestra visita era para acceder al vetusto Nürburgring Nordschleife.

Este es el antiguo circuito de F1, con más de 20 km y 73 curvas, apodado como el Grüne Hölle o "Infierno Verde".


Plano del circuito

La curva Carrusel

Se considera el circuito más complicado y peligroso del mundo, y teníamos reservada una vuelta con nuestro clase B.

Acudimos a la puerta de entrada al circuito y nos encontramos la mayor decepción de todo el viaje.

Panel de información
Resulta que sin previo aviso para los que teníamos reservado día y hora para dar una vuelta al circuito, habían alquilado el Nordschleife en exclusiva a un grupo de ricachones con sus ferraris y porsches.

Coches de lujo sobre el circuito

Lamborghini

Zona del circuito

Además de nosotros, nos encontramos con varias personas más que se acercaban sorprendidos al cartel que anunciaba que el circuito estaba cerrado. Todos ellos con la reserva en la mano.

Acudimos entonces a la entrada del circuito de GP, donde hay un pequeño centro comercial, con pista de karts y zona de visitantes.

Acudimos a reclamar los 30€ que nos habían cobrado para reservar la vuelta.
Después de discutir airadamente con la encargada que nos llamaba mentirosos por decirle que teníamos día y hora, conseguimos que nos devolvieran el dinero. 
Eso si, solo me devolvieron 17€. 
Muy serios estos alemanes, no me extraña que el a pesar de la joya que poseen, tengan el circuito en estado de quiebra técnica. Es una pena que esté tan mal gestionado.

Así que muy decepcionados por la contrariedad y el trato recibido, decidimos volver a Coblenza.

Coblenza

Esta ciudad de más de 100.000 habitantes se encuentra situada a orillas del Rin y del Mosela. Su ubicación estratégica hace que en la ciudad y alrededores haya varias fortalezas.

Aparcamos en la zona de la universidad y nos dirigimos al centro.

Coblenza es una ciudad bastante moderna, con una amplia zona comercial. En medio de esa zona nos encontramos un bar muy español.

Centro de Coblenza

Restaurante Viva España

Ayuntamiento

Iglesia

Nos dirigimos al principal atractivo de la ciudad que es el Deutsches Eck o Esquina de Alemania.
Este es el lugar donde se unen los ríos Rin y Mosela.

Es una explanada de forma triangular bordeada por numerosas banderas de las distintas regiones alemanas y de países de la UE.

Río Mosela

Deutsches Eck

Deutches Eck

Presidiendo toda la zona hay una enorme estatua del Gran Emperador Guillermo I de Alemania a caballo.

Estatua del Emperador Guillermo I

Esta esquina de Alemania simboliza la unidad de los pueblos alemanes, representada por el emperador, las banderas, y sobretodo la unión de estos dos grandes ríos europeos.

Hay también junto a la zona tres fragmentos del muro de Berlín, recordando a las víctimas de la separación.

Fragmentos del Muro de Berlín



Unión del Rin y el Mosela

Otra orilla del Rin

Deutsches Eck

Paseamos por la zona y nos dirigimos de vuelta al centro bordeando el Rin. De camino pasamos bajo el telecabina que sube a la zona alta de la otra orilla del Rin. Un poco más adelante pasamos junto al palacio de los príncipes electores. Giramos entonces a la derecha y nos encaminamos de vuelta al coche.

Teleférico

Coblenza nos pareció una ciudad más cosmopolita que se aprovecha de su privilegiada ubicación para ser un centro de comercio y negocios. La visita a la esquina de Alemania es muy recomendable.

Zona junto al río

Palacio del elector

Nuestra idea inicial era bajar por la orilla del Rin contraria a la que habíamos subido, pero el cansancio empezaba a pasarnos factura. Así que cogimos la autobahn y en poco más de una hora llegamos a Mannheim.

Mannheim

Hicimos una parada en la ciudad de Mannheim porque Andrea había estado de pequeña, y le apetecía volver.

Mannheim es una ciudad industrial de unos 300.000 habitantes y se encuentra en junto a la  desembocadura del Neckar en el Rin.

Aparcamos muy cerca de la Friedrichsplat, que es donde se encuentra el monumento más representativo de la ciudad: la torre del agua o Wasserturm

Torre del agua

El entorno de la plaza es bastante bonito, con los tranvías pasando por un lado, y hoteles de lujo por otro.

Tranvía de Mannheim

Nos dirigimos entonces por una de las calles principales.

Era una avenida con jmultitud de tiendas y lugares de ocio. 
Esa era la mayor zona de ocio que habíamos visto en todo el viaje. 
Me dio la sensación de que Mannheim era una ciudad comercial para ir de compras, o al cine.

Plaza

Calle comercial

Plaza del centro de Mannheim

Ayuntamiento

Recorrimos sus calles principales y volvimos a la Friedrichsplat.
De camino nos encontramos con que las tuberías iban por fuera, igual que en Berlín.

Famosas tuberías rosas

Más tuberías

Una vez de vuelta al coche constatamos que Mannheim era totalmente prescindible en nuestro viaje.

De vuelta a Heidelberg, cenamos en un restaurante pseudomexicano del centro, y nos retiramos a descansar.















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