miércoles, 23 de enero de 2013

Etapa 4: Grossglockner, Krimml, Innsbruck

DÍA 5

Comenzaba un día bastante esperado por mi parte, sobretodo por la primera parte.

Salimos del hotel Amedia y pusimos rumbo sur hacia la localidad de Zell Am See. 

Muy cerquita de allí parte la carretera alpina más famosa, la Grossglockner alpine road.

Grossglockner alpine road

El día amaneció con un sol espléndido, por lo que prometía hacernos disfrutar de unos paisajes alpinos impresionantes.

Después de hinchar nuestra rueda y comprar algo para desayunar, realizamos 108km que nos separaban de Zell Am See.

De camino pudimos ver uno de los trampolines de saltos de ski más famosos, el de Bischofshofen, que pertenece al torneo de los cuatro trampolines.


Trampolín de Bischoshofen

Avanzamos unos pocos kilómetros, y ya comienzan a aparecer las señales que indican el acceso a la carretera del Grossglockner.


Dirección Grossglockner

Justo a la altura del peaje de entrada, paramos en un pequeño restaurante a avituallarnos y realizar las primeras fotos. Simplemente espectaculares.


Los alpes nevados

Justo detrás del restaurante comenzaba una ruta para ascender junto a una cascada que fluía desde una de las cimas cercanas.


Sendero junto a la cascada

Restaurante junto a la carretera

Interior del restaurante

Pasamos el peaje pagando 32€. 
Es bastante caro, pero intuíamos que iba a merecer la pena.


Peaje

Teníamos por delante 48 kilómetros de carretera alpina, con 36 curvas de herradura, y una altura máxima  de más de 2.500 metros. 

Esta carretera fue construida entre 1930 y 1935, y es una gran obra de ingeniería, ya que recorre todo un macizo alpino.


Tramo de la carretera

En el peaje nos dieron un mapa con 12 paradas recomendadas, y una explicación de cada una de ellas.

La primera parte es muy escarpada, con unas curvas bastante cerradas y rodeados por las cumbres del Hohe Tauern, concretamente, el macizo del Sonnenwelleck.


Típica fuente

La vista es espectacular, paramos varias veces para admirarla más detenidamente, y poder respirar ese aire tan puro que nos ofrece los alpes. 

Además el tiempo acompañaba, y con una sudadera era suficiente para poder estar allí cómodamente.


Impresionante vista

Antiguos glaciares, y la carretera a la derecha

Poco más adelante, y en plena subida, hay un caseta que es un centro de información con un sendero botánico alpino y una exposición multimedia muy interesante sobre el parque del Hohe Tauern. 

Nos encontramos en Haslauer-Haus. 

En esa zona, además de la gran panorámica, pudimos tocar y pisar la nieve, lo que siempre es de agradecer cuando se es de un pais tan cálido como el nuestro.


Zona de Haslauer Haus

El paisaje continua dejándonos boquiabiertos, y también sorprende ver la carretera serpenteante. 

En cada curva hay un letrero con el número de curva, y la altitud de esa zona.


Edelweisspitze

Llegamos al Edelweisspitze(2.577m.).

En la parte inferior hay un gran aparcamiento y un restaurante. 

De allí sale una carretera estrechísima que lleva al nido de los motoristas. Desde su torre-mirador se aprecia un panorama grandioso de las cumbres que cierran el valle del Fuschertal por el oeste, desde el Brennkogel hasta el Gosses Wiesbachhorn.


Tienda y restaurante

Dirección biker nest

Biker nest

Espectacular vista
Por fin pudimos admirar la cima del Grossglockner de 3.798m, que asoma por detrás del Sonnenwelleck.


El Grossglockner

Dirección al Grossglockner
El Grossglockner es la montaña más alta de Austria, y una de las más elevadas de los alpes. Fue escalado por primera vez en el año 1800.

Al este, el macizo de Goldberg, al norte, la brecha del Fuscertal permite distinguir el lago de Zell, los macizos de los Loferer y más allá el Steinerness Meer.

Hay una cabaña refugio y el lugar es encantador.


DPanorama desde el biker nest

Poco después subimos un poco más hasta el puerto Fuscher Törl, a 2.428m.


Fuscher Törl
Entre este lugar y la entrada al túnel del Hochtor, el paisaje cambia de aspecto, vemos glaciares y cruzamos por el valle del Seidelwinkl con hermosas vistas hacia el macizo de Goldberg.


Cabra montesa

Bandera de la carretera

Montañas con lago al fondo

Hochtor

Magnífica vista

Iniciamos ahí un pronunciado descenso, que nos lleva a la orilla de un pequeño lago. 
Junto a este lago hay una cabaña con un museo multimedia que nos explica la historia de la construcción de la carretera.


Museo de la construcción de la carretera

Lago alpino

Vista desde el lago
Ahí nos ocurrió una de las anécdotas del viaje, ya que estuvimos en serio peligro de ser envestidos por... una vaca y su ternero. 
Resulta que nada más pasar el puerto de Fuscher Törl, me fijé en una vaca y su ternero que corrían alegremente por una empinada arista de la montaña. Me llamó la atención porque no me parecía precisamente que fuera un campo para pastar.


Nuestros atacantes

Cuando llegamos al lago que cité anteriormente, estábamos tranquilamente haciendo unas fotos, cuando de repente aparecen a unos 10 metros nuestro la vaca y su ternero. 
Habrían recorrido un par de kilómetros y cruzado la carretera. 
No nos alarmamos especialmente hasta que llegó un todoterreno y un camión a toda velocidad. Se bajaron 4 o 5 hombres con unas grandes varas y empezaron a gritar a todo el mundo (especialmente a nosotros) que saliéramos corriendo. Nosotros instintivamente corrimos unos 20 metros hasta que vimos que  fueron capturadas las dos terribles bestias que pusieron en peligro nuestra integridad física. 

Las subieron guiadas por las varas al camión y se fueron de allí.

Tras el incidente dimos una vuelta al precioso lago alpino y volvimos de nuevo al coche.

La entrada al túnel del Hochtor es el punto más elevado de la carretera del Grossglockner, a una altura de 2.505 metros.

A partir de ahí comienza una pronunciada bajada, que nos lleva hasta el desvío hacia Heiligenblut. 

Nosotros continuamos recto, pero desgraciadamente al girar una curva una espesísima niebla lo cubrió todo. Continuamos recto sin realizar ninguna parada, ya que la niebla impedía apreciar el paisaje.


Zona de juegos

Únicamente paramos para ver un precioso lago glaciar, y en el mirador Franz Josef Höhe.


Otro lago alpino

Tramo de la carretera

Restaurante
Desgraciadamente la niebla nos impidió ver la lengua del glaciar Pasterce, con la cima del Grossglockner sobre él. Subimos a la cafetería del mirador, y nos dijeron que en muy pocas ocasiones se puede admirar el glaciar, ya que la niebla es habitual allí.

Un poco desilusionados volvimos al coche y emprendimos camino de descenso hasta Heiligenblut.

Afortunadamente la niebla empezó poco a poco a desaparecer, y al llegar a Heiligenblut. prácticamente ya no existía.

Heiligenblut es un pequeño pueblo situado en las faldas de los alpes, cuya población es de poco más de 1.000 habitantes. Este pequeño pueblo nos ofrece un magnífico paisaje, donde destaca su iglesia gótica del siglo XVI, que está consagrada a San Vicente de Zaragoza.


Heiligenblut

Casas típicas

Calle central de Heiligenblut

El pueblo de Heiligenblut se funde perfectamente con el paisaje de los alpes, y se complementan.

Es una muy bonita imagen para finalizar un recorrido espectacular.

Krimml

Nuestro siguiente destino era Krimml, y distaba de Heiligenblut unos 120 km según google maps. Pero nuestro GPS se volvió loco y nos quería mandar por un recorrido de casi 300 km. Además había pueblos en el recorrido de google maps que teníamos impreso, que ni aparecían.


Valle alpino

Menos mal que teníamos un catálogo que nos dieron en el peaje del Grossglockner con los pueblos intermedios que había hasta Krimml. 

Así que tomando como referencia la localidad de Mittersill, conseguimos llegar a Krimml en unas 2 horas.

Todo ello atravesando un espectacular túnel bajo los alpes, y circulando por unos valles impresionantes.

Entramos entonces en la región del Tirol.

El objetivo era admirar las famosas cataratas de Krimml.

Esta es la cascada más alta de Austria, con una altura total de 380 metros. 
Se divide en 3 saltos de 140, 100 y 140 metros cada uno. Es de origen glaciar, y el río que las forma, desemboca en el río Salzach.


Entrada a las cataratas

Río alpino

Típico paisaje alpino

Aparcamos junto a la carretera por el módico precio de 5€, y nos encaminamos a la entrada de las Krimmler Wasserfälle. 

Muy cerca de la entrada hay un pequeño parque temático para niños. Nosotros pensamos que es posible que la entrada a la cascada fuera por allí, pero una chica de la taquilla nos dijo con bastantes malos modos que allí no era.


Saltos de agua de Krimml

Unos metros hacia delante hay una taquilla, y nos cobraron 5€ a los 2 por acercarnos a la cascada.
Me parece un poco abusivo que se cobre por ver de cerca una cascada, pero bueno allí entramos.

Nos acercamos al nivel inferior, que tiene una caída de 140 metros, y que nos ofrece un espectáculo magnífico.

Hay una zona de rocas justo en frente de la cascada, desde donde se tiene una perspectiva privilegiada del salto de agua. Incluso llega el vapor de agua que se desprende al chocar fuertemente el agua contra las rocas.


Cascada de Krimml

Junto al lecho del río hay una zona con mucha vegetación, que también permite contemplar la famosa cascada austriaca. 

Toda la zona de la cascada está rodeada por tiendas de souvenirs y restaurantes.


Cascada de Krimml

Se puede subir a ver más de cerca los otras dos cascadas, pero el trayecto es de más de una hora, y tampoco queríamos gastar allí mucho más tiempo, así que nos limitamos a verlas desde la carretera.


Otro de los saltos de agua

Enanitosde jardín

De vuelta a la carretera nos esperaban los últimos 145 km hasta Innsbruck.

Innsbruck

Para aprovechar al máximo los tramos de autovía que teníamos por delante, cogimos la ruta que pasa por Kiztbuhel .
Esta es una ciudad muy importante en cuanto a deportes de invierno se refiere.


Kiztbuhel

Festival de globos aerostáticos

En unas 2 horas llegamos a Innsbruck.

Nuestro alojamiento es el Art Hotel Binders. Quizá fue el hotel más normalito de todo el viaje, aunque para visitar la ciudad y descansar, es más que correcto.

Sin tiempo casi para dejar las maletas, empezamos la visita a la ciudad. Queríamos aprovechar los últimos rayos de luz solar para ver lo máximo posible de Innsbruck.

La primera sensación que tuvimos al llegar a Inssbruck, es bastante similar a la que tuvimos cuando fuimos a Andorra. 

Es una ciudad incrustada en un gran valle, con altas montañas a ambos lados. Lógicamente es mucho más grande que Andorra la Vella, pero su naturaleza nos recordó bastante al del país de los Pirineos

Justo al lado del hotel nos encontramos con el Tívoli Estadion. 
Tiene una capacidad de 30.000 personas, y fue sede de los partidos que disputó España en la primera fase de la Euro 2008, frente a Rusia y Suecia.

Allí disputa sus partidos el equipo de la Bundesliga austriaca FC Wacker Innsbruck.


Tivoli Stadion

Rocódromo del interior del estadio

Pasamos junto al estadio y al otro lado de la autopista pudimos ver el nuevo trampolín de saltos de ski de Bergisel. 
Este trampolín es uno de los nuevos símbolos de Innsbruck fue diseñado por la famosa arquitecta Zaha Hadid, y cuenta con una cafetería panorámica en lo más alto de su estructura.

Este trampolín de Innsbruck, junto al de Bischofshofen, (que habíamos visto por la mañana), el de Garmisch-Partenkirchen, (que veríamos al día siguiente), y el de Obertsdorf (que nos quedaba algo retirado) forman el famoso Torneo de los 4 Trampolines.

Fruto de su situación privilegiada, Innsbruck ha sido sede de los Juegos Olímpicos de invierno en dos ocasiones, disputándose allí los años 1964 y 1976.

Cruzamos por el puente olímpico, y giramos a la derecha por la Leopoldstrasse. Eran cerca de las 20:00, y las calles estaban prácticamente desiertas. Todo ello a pesar de haber cerca de 25Cº de temperatura y ser fin de semana.


Calles de Innsbruck

Continuamos bordeando el arco del triunfo. 

Este arco del s.XVIII fue erigido por la Emperatriz María Theresa en recuerdo de su difunto marido Francisco Jose von Lothringen.


Arco del triunfo

Llegamos a la Marie Theresien Strasse, que es la avenida principal de Innsbruck.

Esta es una calle peatonal, por donde únicamente circulan los tranvías, y que contiene las tiendas  y comercios más importantes de la ciudad.

Cerca de la mitad de la calle nos encontramos con la columna de Santa Ana, del año 1703, que representa una columna de origen corintio con una figura de la virgen María en la parte superior. 

Se construyó para conmemorar la liberación de las tropas bávaras que habían invadido el Tirol.


Columna de Santa Ana

Marie Theresien Strasse

Justo al final de la avenida se encuentra la atracción más visitada y fotografiada de la ciudad: el tejadillo de oro. 
Se trata de un mirador construido por Maximiliano I, al agregar a esta construcción una nueva loggia techada y luego recubierta con alrededor de 2.738 piezas de cobre dorado a fuego. 
Este trabajo estuvo completo en el año 1.500 y  fue realizado para su boda con Blanca Maria Sforza.

 
Tejadillo de oro

Lo realmente bonito es el entorno, ya que se trata de un barrio gótico perfectamente conservado. La pena es que está bastante poco iluminado, y en cuanto el sol desaparece, luce bastante poco.

Giramos a la izquierda, y al final de la calle se halla el Antiguo Castillo Ottoburg, que es un antiguo torreón gótico situado a orillas del río Inn. Se construyó por mandato de Maximiliano I, y actualmente es un restaurante de comida típica tirolesa. 
Como curiosidad vemos todas las contraventanas pintadas con los colores de la bandera austriaca.


Antiguo castillo Ottoburg

De vuelta sobre nuestros pasos giramos por un callejón cerca del tejadillo de oro, para llegar a la plaza de la catedral, y ver la imponente fachada de la Catedral de Sankt Jacob. El templo fue construido en el s XVIII y es de estilo barroco. 
Desgraciadamente no pudimos entrar, ya que a esa hora estaba cerrada al público.


Catedral

Finalizamos este tour express de Innsbruck, con la vista del Palacio Imperial. 
Este magnífico edificio de estilo barroco era la residencia de los reyes y emperadores cuando visitaban la ciudad.


Palacio Imperial

Justo enfrente se encuentra el teatro principal de la ciudad.


Teatro

Con la satisfacción del planning realizado al 100% nos dispusimos a buscar un lugar para cenar. 

Había multitud de sitios por la zona del tejadillo de oro, aunque la mayoría eran restaurantes italianos, y estaban bastante llenos. Es curioso ver las calles vacías, y las terrazas prácticamente llenas.

Al girar una esquina nos encontramos con una Augustiner Brau Munchen, así que sin dudarlo entramos.

No tiene mucho que ver con la Augustiner Brau de Salzburgo, ya que este es un restaurante más al uso. Se trata de un edificio señorial con 700 años de antigüedad en pleno centro de Innsbruck, donde se sirve cocina típica del Tirol. Al ser una delegación de la cervecería de Munich, tanto camareros como decoración están ambientados también con motivos de Baviera..

Os dejo su web aquí http://www.stiftskeller.eu/aktuelles-aus-dem-stiftskeller.html

Cenamos genial, para mi una de las mejores cenas de todo el viaje. Yo cené un asado de cerdo con arroz y salsa al estilo tiroles que estaba de muerte. Todo ellos regado con una magnífica Dunkel Bier destilada en la propia cervecería.

Con el estómago bien satisfecho pusimos rumbo de vuelta al hotel. Nos merecíamos un buen descanso.

Este es el itinerario del día:


Ver mapa más grande






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