viernes, 26 de octubre de 2012

Días 7 y 8 Gdansk - Berlín - Madrid

Días 7 y 8 Gdansk - Berlín - Madrid

Habíamos quedado con la mujer del piso a las 9, pero a las 8:30 ya estaba allí con su "lindo" perrito. Recogimos lo poco que nos faltaba y salimos de la que había sido nuestra casa los últimos 5 días. La mujer nos devolvió la fianza y nos despidió con una gran sonrisa, diciendo cosas en polaco que lógicamente no entendimos.

Teníamos por delante 500km hasta nuestro hotel de Berlín, aunque según todos los cálculos, se tardarían cerca de 7 horas en llegar.

Nos pusimos en ruta, y el GPS nos llevó por una zona diferente de la que habíamos venido, en vez de salir por Gdynia, nos llevó por la carretera del Szymbark. Los kilómetros eran los mismos, pero la carretera era algo peor. Lo bueno es que había muy poco tráfico, por lo que casi que salimos ganando en tiempo.
La carretera nos llevó a la altura de Slupsk, y de ahí ya todo recto por la nacional hasta la frontera.

Hicimos nuestra última parada en Polonia en Koszalin, para repostar, y ya aprovechamos para comprar algo para almorzar. Eran las 12:00, y todavía nos quedaban 300 km para llegar a Berlín

Por esta carretera había algo más de tráfico, pero se escalonaban pequeños tramos de autovía, que hacían más llevadero el camino. Incluso nos encontramos con el coche de google street view.

Nos despedimos de Polonia por la frontera cerca de Szczecin, y enfilamos la última parte del viaje por las famosas autobahn alemanas.


BundesversammlungFrontera alemana

Sobre las 16:00h entrábamos por la Leipziger strase, y llegamos a nuestro hotel, el Winters Hotel Berlin Mitte Am Gendarmenmarkt. El hotel está bastante bien, situado en pleno centro, a unos 10 minutos andando de la puerta de Brandenburgo.

Nos habíamos tirado casi 7 horas de viaje, pero estábamos en Berlín, así que estaba prohibido quedarse en el hotel, y decidimos salir a conocer algo de la capital alemana.
De Berlín nos sorprendieron muchas cosas. Lo primero es la gran cantidad de ciclistas que hay por la ciudad. Además tienen preferencia frente a los coches, por lo que era bastante peligroso para los que no estamos acostumbrados a conducir rodeados de ciclistas. Otra cosa son las tuberías, ya que estas van al aire libre en la parte soviética de la ciudad. Esto es así porque es más barato que enterrarlas.

 
Tuberías en la superficie

Muy llamativo son también los muñequitos de los semáforos. Investigando, he visto que se llaman Ampelmann, y que era usado unicamente en la parte soviética. Con la reunificación se intentaron suprimir, pero eran tan populares que al final se ha establecido como un símbolo de la ciudad. En la tienda de souvenirs habái multitud de objetos con el Ampelmann, desde camisetas, gorras, estuches, muñecos, hasta una bolsa de aseo que se vino para Madrid. 


El famoso muñequito del semáforo en verde

El famoso muñequito del semáforo, ahora en rojo

Subimos por la Charlottenstrase, que es la calle de nuestro hotel  en busca del monumento al holocausto judío. Lo primero que nos encontramos fue una chocolatería impresionante, con figuras enormes de la puerta de Brandenburgo y del Reischtag. Nos encontramos con unos fragmentos del muro de Berlín

 
Restos del muro de Berlín

Continuamos callejeando hasta que llegamos al monumento que homenajea a los judíos asesinados en Europa. Se trata de una explanada con 2711 losas de hormigón, que se sitúan en una superficie de 19.000 m2. 

 
Monumento al holocausto

Otra vista del monumento
En la parte inferior hay un museo sobre el holocausto, pero había bastante cola, por lo que decidimos únicamente dar un pequeño paseo entre las losas. Al principio tienen escasa altura, pero como el terreno está en pendiente, las losas ganan en altura. Llegan hasta los 4 metros de altura. Según el autor, se pretendía generar confusión a las personas que se adentraran en el monumento, aunque la verdad es que no salimos muy confundidos de allí.


Bajada al interior del monumento

Interior del monumento

A escasos 150 metros de allí nos encontramos con el monumento más famoso de Berlín, y uno de los más conocidos del mundo, se trata de la puerta de Brandenburgo. 

 
Puerta de Brandenburgo
La puerta de Brandenburgo se construyó a finales del s XVIII, y servía como una de las entradas a Berlín. Se construyo de manera similar a la puerta de entrada a la acrópolis de Atenas, y se coronó con una cuadriga de bronce. Multitud de turistas nos apostamos frente a ella para hacer la foto de rigor. Como no podía ser de otra forma hay varios figurantes vestidos de soldados que buscan a los turistas para que se hagan fotos con ellos.


Puerta de Brandenburgo con los soldados delante

Cuádriga de bronce

La pena es que justo detrás de la puerta estaba instalada la fan zone de Berlín, donde se podían seguir los partidos de la Euro, por lo que tanto cartel y andamio afeaba un poco la estampa.

 
Fan park
Tras la sesión fotográfica decidimos recorrer la avenida Unter den Linden, que comienza en la propia puerta de Brandenburgo y llega hasta la isla de los museos. Esta calle es un bulevar, en el que se encuentran las embajadas de los países más importantes (no vimos la de España por ningún lado) y que después continúa con las tiendas más exclusivas de la ciudad.


Avenida Unter den Linden

Hotel adlon
En unas manzanas nos encontramos con una verdadera ciudad del automóvil. Había una enorme tienda de Mercedes, y en frente unas del grupo Volkswagen(seat entre ellas. Además de una de Bugatti, con un Veyron expuesto. 


Gran tienda de Mercedes

Antiguo Mercedes de competición

Mercedes SLS

Bugatti Veyron
Recorrían la zona unos extraños vehículos llenos de guiris. 


El cervezamovil
Una cosa que nos llamó mucho la atención es que todo estaba de obras. En cada rincón había una zanja, un edificio con andamios, aceras cortadas... Parecía Madrid hace 5 años.


Torre de televisión

Continuamos por Unter den Linden hasta la zona de la universidad. 


Facultad de derecho

Estatua con edificio en obras detrás

Ópera

Bebelplatz
Paseamos por la famosa Bebelplatz, y  como no podía ser de otra forma, nos fotografiamos en la facultad de derecho. En esta plaza fue donde se realizó la tristemente famosa “ceremonia de quema de libros” el 10 de mayo de 1933 por parte de los miebros de S.A. (Camisas Pardas) y las Juventudes Hitlerianas en la que se perdieron alrededor de 20.000 libros. Esquivando las obras del edificio de la ópera llegamos a la Catedral católica de Berlín:  Catedral de Santa Eduvigis. La catedral se construyó en el s. XVIII y fue destruida durante la guerra, para reconstruirse posteriormente.


Catedral católica

Su arquitectura es muy similar a la del panteón de Agripa de Roma, con una entrada neoclásica y una gran cúpula.
Entramos en la catedral, y en ese momento se estaba celebrando una misa en la zona inferior. Pudimos admirar el interior de la cúpula, y el juego de luces que le daba un bonito aspecto al interior del templo. 


Cúpula desde el interior de la catedral

Interior de la catedral
De vuelta a la Bebelplatz continuamos al bulevar Unter den Linden hasta llegar a la isla de los museos. En esa isla se encuentran varios de los museos más importantes de Europa. Destacan sobretodo el Museo de Pérgamo, el Altes museum, el Museo nuevo o la Galería Nacional Antigua.
Desgraciadamente no teníamos tiempo para entrar a ninguno de ellos, y a esa hora estaban ya cerrados, por lo que lo pospondremos para una próxima visita.


Puente sobre el ría Spree

Iglesia

Museo de Pergamo

Museo de arte moderno
Justo enfrente nuestra se alzaba la Catedral Evangélica de Berlín, o Berliner Dom. El templo se encuentra situado en el terreno que ocupaba la antigua catedral barroca. Se finalizó a principios del s. XX, y fue seriamente dañada durante la guerra. En 1993 finalizaron los procesos de restauración. La Catedral mide 114 metros de largo, 73 de ancho y 116 de alto.


Catedral evangélica
La entrada nos costó 7€ por persona, y da derecho ver el interior de la catedral, el museo, la cripta y subir a la cúpula. Nuestra visita empezó con el museo, sonde se puede ver una maqueta de la antigua Catedral barroca. 

 
Maqueta de la antigua catedral
Desde allí se podía acceder a un palco que daba al interior de la catedral, desde donde se podía disfrutar de la música del órgano de la catedral. En ese momento había varias personas disfrutando del sonido del órgano. 


örgano de la catedral

Altar mayor
Continuamos la visita por la cúpula. No llegó a los 400 escalones de la de Gdansk, pero si que tocó subir unos cuantos. La primera parada era una estancia circular que daba la vuelta a toda la cúpula. A lo largo de la estancia había varias puertas, pero solo una de ellas estaba abierta, y desde ahí se podía ver una vista privilegiada del interior de la catedral. En esa zona había un chico pintando en su bloc el interior de la cúpula.


Altar mayor desde la cúpula
Continuamos el ascenso a la cúpula, y por fin llegamos al exterior. Se trataba de un balcón a unos 90 metros de altura, que rodeaba la cúpula. No era la zona más alta, pero se podía disfrutar de unas vistas privilegiadas de Berlín.


Vista de Berlín
A nuestros pies estaba la isla de los museos, la Catedral católica, el río Spree, y la Alexanderplatz.
En esa plaza destaca sobretodo el Fernsehturm (torre de televisión), este es uno de los edificios más altos de Europa, con sus 368 metros de altura. Esta torre tiene un mirador, y un restaurante que gira en 360º a más de 200 metros de altura.


Fernsehturm

Ayuntamiento de Berlín

Río Spree desde la cúpula

Isla de los museos

Museo de arte moderno desde la cúpula
Tras dar la vuelta a la cúpula, nos esperaban las escaleras para descender nuevamente a la zona del museo.
Entonces era el momento de ir al interior del templo. La planta tiene forma circular, y destaca sobretodo la imponente cúpula. Todo el interior está lleno de estatuas, grabados y bajorelieves, pero no da apariencia de que esté sobrecargado. También es digno de admirar el enorme órgano y el altar mayor. A cada lado de la nave central nos encontramos los sarcófagos de antiguos reyes alemanes. 

 
Órgano de la catedral

Altar mayor

Cúpula
El interior es realmente bonito, y es digno de ser visitado con calma cuando se viaja a Berlín. Continuamos la visita por la cripta de los Hohenzollern. La dinastía  Hohenzollern. fue la familia real Alemana desde el s XVIII hasta el final de la primera guerra mundial. En la cripta de la catedral hay cerca de 100 tumbas. Allí se encuentran reyes, reinas, príncipes, desde finales del s XV a mediados del XIX Es bastante impactante ver el contraste entre la opulencia y lo recargado de las tumbas de reyes y reinas, y las pequeñas tumbas de príncipes que no pasarían de los 2 o 3 años de edad.
< Salimos de la cripta por la cafetería Einstein, y decidimos volver por nuestros pasos, ya que teníamos reserva para ver la cúpula del Reichstag. Eso si, teníamos la reserva a las 19:00, y salimos de la catedral a las 19:10h. Eso si, como teníamos pocas esperanzas de entrar al Reichstag, nos lo tomamos con calma. 


Vista frontal de la catedral

Cúpula
En vez de continuar todo recto por Unter den Linden, nos desviamos por la calle Friedrichstrase. Nos llamó la atención esta calle por la similitud con la calle Orense de Madrid, con sus altos soportales. Así que recorrimos esta calle con sus tiendas caras, entre ellas las famosas galerías Lafayette, eso si, no entramo s a darnos ningún capricho.


Friedrichstrasse

Angulo contrario de la Friedrichstrasse

Estación de Friedrichstrasse
De ahí caminamos hasta la puerta de Brandenburgo, pasamos bajo ella y seguimos  hasta el Reichstag.
El edificio del Reichstag ha sido la sede del parlamento alemán desde 1894. Actualmente es el lugar de reunión del Bundestag, y es donde se realiza la elección del canciller alemán.


Reichstag

Vista desde la entrada del Reichstag
El Reichstag fue incendiado durante la cancillería de Hitler, y prácticamente destruido en la batalla de Berlín , al final de la II Guerra Mundial.
El edificio fue reformado y restaurado por el famoso arquitecto Norman Foster, que cambió la cúpula de piedra original por una cúpula de cristal transitable. Ese era nuestro objetivo, así que nos dirigimos a la entrada. Nos pidieron nuestra identificación, y tras buscar un poco encontraron nuestros nombres. Al ver que teníamos la reserva para las 19:00, y que eran más de las 20:00, nos miraron bastante mal, pero al final nos permitieron entrar. Estoy convencido que estaban pensando: "estos españoles, llegan una hora tarde y quieren entrar, así va España"

Nos acompañó una persona de seguridad a la puerta principal de entrada. Pasamos por la entrada neoclásica, justo por debajo del cartel de Dem Deutschen Volke, "al pueblo alemán". 


Entrada del Reichstag
Pasamos a una sala con doble cierre de seguridad, y entramos al ascensor. Esta vez nos ahorramos las escaleras.<
La ascensorista nos dio orden de salir, y ya estábamos frente a la famosa cúpula.
Una de las agradables sorpresas fue que tenían audio guías en español, y encima gratis.


Azotea

Cúpula de Norman Foster
Así que cada uno cogimos una y comenzamos el ascenso por la rampa de la cúpula. Las rampas tienen 230 metros de largo, y tienen sensores que hacen que la audio guía se active al llegar a un determinado punto. Entonces la audio guía nos explica lo que tenemos delante, y nos insta a continuar cuando ha terminado la explicación.
La verdad es que gracias a esto vimos toda la parte que rodea al Reichstag, con explicación incluida.


Torre de televisión

Estación principal desde la cúpula

Bandera y Sonyplatz

Puerta de Brandenburgo desde la cúpula
Especialmente interesante es la explicación frente al Tiergarten, donde nos dice que este bonito parque berlinés fue prácticamente asolado durante la guerra, y repoblado posteriormente.


Tiergarten
Además, entre otros monumentos, contiene la columna de la victoria, que conmemora las victorias prusianas contra Dinamarca y Napoleón, y el monumento soviético que recuerda a los 80.000 soldados caídos en la batalla de Berlín. Bajo este monumento se encuentran enterrados unos 2500 soldados de la extinta URSS que murieron en la batalla de Berlín.


Monumento a los caidos soviéticos

Es una pena que no tuviéramos tiempo para ver en profundidad el Tiergarten, así que tuvimos que conformarnos con verlo desde las alturas.
Pudimos ver las diferentes embajadas que pueblan el cielo berlinés con sus banderas, así como las diferentes estaciones ferroviarias de la capital alemana.

Por fin coronamos la cúpula, y pudimos ver como en su parte superior tiene un agujero abierto. 


Óculo de la cúpula
Por ahí entra la lluvia y la nieve, que pasa por un conducto para ser tratada y reutilizada. Justo debajo hay un cono con espejos enfocados a la sala de plenos del Bundestag, que reflejan la luz natural a su interior, y suponen un ahorro energético. Además hay un conjunto de paneles solares que suministran la energía al salón de plenos. Dicho salón se puede ver perfectamente desde la zona alta, con sus butacas azules y el estrado de oradores.


Cono de la cúpula

Salón de plenos desde lo más alto de la cúpula

Río Spree

Visto del Berlín soviético

Comenzamos el descenso y nos detuvimos en la parte inferior, donde había una exposición de fotografías sobre la historia del Bundestag. Recorrimos el perímetro y salimos a la terraza para seguir disfrutando de la vista aérea de la capital alemana.


Estrado y salón de plenos

Reichstag
Como el hambre ya apretaba (no comíamos nada desde Polonia) decidimos volver al ascensor para bajar a la altura de la calle. Devolvimos nuestra audio guía y pusimos rumbo al piso inferior. Abandonamos el recinto del Reichstag y nos pusimos a buscar un sitio para comer.

De camino nos dimos cuenta que en el suelo hay una hilera de adoquines que indica el recorrido que tenía el muro de Berlín. Este discurre justo en la parte posterior del Reichtag, y se pierde por detrás de la puerta de Brandenburgo. 

 
Recorrido del muro de Berlín
Justo enfrente de donde estábamos y pegado a la tapia del Tiergarten hay unas cruces que recuerdan a los caídos intentando cruzar el muro.


Recuerdo a los caidos al cruzar el muro
No podíamos encontrar un sitio mejor para cenar que la fan zone. Allí tenían unos chiringuitos con comida típica alemana, y unas televisiones donde estaban poniendo el Inglaterra - Suecia de la Euro.
Nos sentamos en una mesa y pedimos unas bier y un currywurst. Este es un plato típico de Berlín, que consiste en una salchicha alemana asada a la parrilla (Bratwurst). servida cortada en rebanadas y acompañada de salsa de tomate y curry en polvo>. La salchicha la cortaban en una máquina especial, y la dejan lista para comer. La verdad es que estaba bastante bueno, y más con el hambre que teníamos. Tras terminar nuestra cena típica alemana, pusimos rumbo de vuelta al hotel. Pasamos junto al Bundesrat, que es la cámara alta alemana. 


Bundesrat
Ahí dejamos nuestros bártulos de turista y preguntamos a la recepcionista un sitio para ir a tomar algo. Esta nos dijo que fuéramos a la Postdamer platz o a la Alexanderplatz. Antes de eso y como no queríamos irnos de Berlín sin probar una buena jarra de cerveza alemana, entramos en un pub - restaurante que habia al lado del hotel. Este se llamaba Braustuberl, y estaba patrocinado por la marca de cerveza Lowenbrau. Como buenos españoles, pedimos la jarra más grande que había para cada uno. Nos trajeron tres jarrotas de 1 litro, que no había forma de cogerla normal, sino que había que meter la mano por el asa para poder llevarla a la boca.
Al principio bajaban muy bien, pero el último tercio costo una barbaridad.


Enorme jarra de cerveza
Después de algún problemilla para encontrar el baño de hombres, pagamos y nos fuimos a la Postdamer platz.
 
Potsdamer Platz
Justo al lado había unos fragmentos de muro. 


Fragmentos de muro
En esta plaza se celebra el famoso festival de la berlinale, y tiene una zona espectacular, que es el llamado Sony center. Este es un conjunto de edificios coronados por una gran cúpula con forma de flor que cambia de color durante la coche.  En esta zona hay muchos restaurantes, tiendas, un cine...

 
Sony center

Cúpula del sony center

Sony center
La zona es espectacular, pero no había un gran ambiente, por lo que decidimos probar suerte en la Alexanderplatz.
Bajamos al metro de Postdamer platz, e hicimos el trayecto hasta Alexanderplatz. En el metro no hay tornos, simplemente una canceladora de billetes. Nosotros por si acaso sacamos el billete, que nos costó algo más de 2€ a cada uno.
Al poco tiempo llegó el metro, con un vistoso color amarillo, y en unos 15 minutos estábamos en la Alexanderplatz. Al salir del metro lo primero que impacta es la gran torre de televisión con sus imponentes 368 metros de altura. Atravesamos la plaza, y vimos el famoso reloj mundial.


Torre de televisión

Reloj mundial

Torre de televisión
Continuamos andando en busca de un sitio para tomar algo, y la búsqueda fue totalmente infructuosa.

Vista la situación optamos por sentarnos en una terraza tranquilamente, cerca de la estación de Hackescher Markt.
Poco después levantamos el campamento y cogimos un taxi de vuelta a nuestro hotel.

Día 8

Dejamos el hotel a las 11:00h. Teníamos la idea de hacer alguna pequeña ruta turística final, pero el día no era muy propicio, ya que estaba cayendo un auténtico aguacero.


La torre bajo la lluvia
Por lo tanto, y viendo las inclemencias metereológicas, decidimos limitarnos a ir a una enorme tienda de souvenirs que hay en la calle Unter den Linden. Allí compramos unos cuantos recuerdos, y pusimos rumbo de vuelta al aeropuerto de Tegel.
Tras dar unas cuentas vueltas para llegar, dejamos el coche en la agencia, y pasamos el control de documentos tras facturar las maletas. El vuelo salía a las 14:50h destino Zurich con Swiss. La zona de espera del aeropuerto lamentable. Ni siquiera había asientos para todos los que allí estábamos.
El vuelo a Zurich fue puntual, y tuvimos unos 40 minutos de espera en el aeropuerto, para coger nuestro enlace a Madrid. El aeropuerto de Zurich demasiado elitista para nuestro gusto, ya que solo había tiendas de  ropa y relojes super caras. En el primer vuelo nos dieron únicamente un  helado, por lo que el hambre apretaba, y solo pudimos comprar unas focaccia y un pequeño sandwich, porque los precios eran desorbitados. Además solo se podía pagar con tarjeta o con francos suizos.


Aeropuerto de Zurich
El último y definitivo vuelo Zurich-Madrid fue puntual, y nos dieron un bocadillo de queso o pastel de carne.


Lagos suizos
Sobre las 20:00 salíamos por la puerta de Barajas, con la sensación de haber vivido una experiencia inolvidable.

Espero que los haya gustado el relato.

Saludos y muchas gracias a todos




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